No sé, pero me hace gracia.
Tú buscas de mí que te diga lo que quieres oir,
yo sin embargo lo único que pretendo es que me des tu opinión sobre si lo que pretendo hacer es lo más correcto o no.
Pero yo me limito a decirte lo que me parece más idoneo para ti,
y tú te dedicas a hacerme ver que cualquier decisión mia, por estúpida que sea (y suelen serlo) es perfecta.
Ay Boyo, que te quieres mostrar apoyada sobre mi hombro derecho, y tengo que ser yo misma la que se acomode en mi hombro izquierdo para susurrarme lo que es correcto.
Tú eres de opinar, que hay que hacer las cosas sin pensar en las consecuencias que esto luego te pueda traer.
Y bien sabes que gran parte de mi vida se ha basado en esto.
Pero ya lo siento, actuar de este modo ha repercutido en gran medida en la etapa actual de mi vida.
Por lo que creo haber aprendido que las cosas no siempre pueden ser así.
Aunque en muchas ocasiones muera de ganas.
No obstante, procuraré guiarme de vez en cuando por esto, puesto que lo veo importante para seguir siendo quien soy.
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