Te conozco desde hace tanto tiempo, y aún así...aún así no sé nada de ti.
Son tantos lo momentos que hemos vivido juntos, las horas y horas compartiendo todo, y a la vez no aportándonos nada.
Es todo tan raro, tan extraño, tan difícil de comprender por todos, y sobre todo por nosotros mismos, que ni siquiera nos sentamos a hacer balance, nos dejamos llevar, y hacemos que todo se complique aún más.
Siempre me gustaron las historias que se salen de lo habitual, pero al igual que todo, esto tiene su lado bueno y su lado malo.
De hecho casi todo lo es, pero somos tan idiotas, que parece que lo poco bueno nos compensa.
De hecho casi todo lo es, pero somos tan idiotas, que parece que lo poco bueno nos compensa.
Todo es un juego, sin norma alguna, en el que continuamente perdemos los dos, y siempre me ganas cuando yo te gano.
Somos los únicos capaces de comprender en que consiste el juego, aunque en realidad no comprendamos nada.
Somos los únicos capaces de comprender en que consiste el juego, aunque en realidad no comprendamos nada.
No sé como no damos en locos, no sé como aún seguimos jugando, no sé por que esto está durando tanto.
Sinceramente, me gustaría encontrar una pizca de normalidad en todo esto, aunque consistiese simplemente en una mera mueca, o palabra a la luz del día. Cambiar el alcohol por café, el silencio por palabras.
Vale, quizás esté pidiendo demasiado, tal vez cumplir todo esto transformaría lo nuestro en algo de otros.
Puede que la normalidad quitase la magia de todo esto.
Puede que la normalidad quitase la magia de todo esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario