Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea.

Y es que muchas veces nuestro problema es ese...
que no tenemos paciencia. Que las cosas las queremos tal y como deseamos que sean y en el momento preciso que se nos antoja.
Así es el ser humano.. impaciente por naturaleza.
Cantidad de hermosas historias que se han perdido por la impaciencia,
por haber actuado antes de lo oportuno.
No nos damos cuenta que cada persona tiene su ritmo y una rápida reación puede llegar a desconcertarle.
No sé a vosotros, pero a mi, la rápida reacción de actuación me ha hecho pasar malas jugadas. Ha dirigido historias que podían ser bonitas, o por lo menos pasables, a niveles altísimos de locura.
La velocidad es capaz de transformar el Cielo en Infierno.

Por lo que considero que si algo nos importa realmente, si estamos convencidos de que vale la pena, sepamos esperar... no queramos que todo ocurra aquí y ahora.