No puedo hablar de lo que me pasa, puesto que ni yo sé la respuesta.
Lo único que tengo claro es que estoy bastante susceptible, y que me altero por cualquier cosa.
Tan pronto me encuentro de buen humor, como por la más mínima palabra me siento en los más profundos subsuelos.
Me cuesta controlarme con frecuencia, pero generalmente lo consigo. Pero en más de una ocasión ladraría sin ton ni son despotricando a quien me rodea.
Lo que si que muestro quizás, es un estado algo más apagado de lo habitual, aunque que le puedo yo hacer, si hasta la sonrisa ya me pesa. Aun mucho disimulo aunque no lo creáis.
Permitirme que hoy deje caer mis lágrimas al suelo,
a ver si así mañana las pueda recoger en forma de sonrisa.
jueves, 30 de septiembre de 2010
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