Cada día estás más guapa, y yo más cansada de todo.

Qué facilidad tienes para eclipsar sin tan siquiera esforzarte, sin darte cuenta de ello, lográndolo de un modo natural. Ni tu sonrisa traviesa, ni esa carita de niña buena van a dejar de existir, por mucho que pasen los años. Nadie te dirá jamás la verdad, todos te utilizarán, y no vas a ser capaz de verlo. Seguirás preguntándote por qué no te quieren del modo que quieres, y lo que no sabes es que eso ocurre porque tú no te quieres como deberías. Te dejas llevar, creyendo que acabarás en un buen puerto, pero las mareas te mecen a su antojo. No quieres llorar, pero no haces lo suficiente por levantar la cabeza, ponerte firme y decir que ahí estás tú y que nadie más te hará sentir así, del modo que cada día te sientes. No has entendido como va el mundo, tal vez te lo hayan explicado mal, o no tuviste un modelo a seguir. Pero tú siempre sabes mover tus alas para hipnotizar a todos los que te rodean, para que se claven en ti las miradas envidiosas. Siempre has sabido hacer eso, no se te da nada mal, serán los años de práctica sin esfuerzo alguno. Y cuando las cosas no salen como quieres, haces pucheritos y vuelven a caer todos a tus pies. Así es tu vida, así es, y no conoces otro modo de vivir. No digo que haya sido todo un camino de rosas, pero tu siempre acabas logrando que todo siga así, sin alcanzar una meta clara, sin ningún tipo de ambición. Simplemente dejándote llevar y conformándote con ello. Creyendo que no hay nada más, que así serán las cosas siempre, y seguro que para ti lo serán.  Esta es tu vida, y tú has escogido como recorrerla, pero sin saber realmente cual es el camino que deseas seguir.

Cada día estás más guapa, y yo más cansada de todo.