viernes, 31 de octubre de 2014

O TEU SORRISO

Te pregunté que porqué te habías fijado en mi, y me dijiste "pelo teu sorriso". 
Podría haberme parecido que decías eso sólo por quedar bien, por que sonaba bonito, pero no tardé en darme cuenta que esas palabras podían ser sinceras, ya que llevaba ya tiempo queriéndote conocer, y cada vez que pasabas a mi lado se generaba en mi cara una enorme sonrisa, de un modo intenso e instantáneo. Y siempre me devolvías esa sonrisa con una risueña mirada. Aún ni siquiera nos habíamos dirigido una sola palabra el uno al otro y no podíamos negarnos a nosotros mismos que ya existía una complicidad difícil de explicar.

Luego llegó el momento de conocernos, y precisamente fue tu sonrisa lo que más me llamó la atención al estar contigo. Jamás había visto a alguien sonreír de ese modo, jamás nadie me había trasmitido tanto con tan solo mirarme y mostrar esa mueca en su rostro.
También recuerdo cuando tiempo después descubriste que en mi cara a veces mostraba tristeza, cosa que poca gente había podido ver antes, algo que hasta el momento había sido capaz de esconder muy bien, pero ya no era capaz. Y te tocó ser uno de los primeros en verlo, incluso antes que yo.
No entendías por qué ya no mi rostro no mostraba tanta luz. Lo que más me preocupó a mi, es que tu luz se había ido desvaneciendo hasta llegar a tal punto que casi se había esfumado, noté que tenías pocas ganas de luchar, que lo habías dado todo por perdido, que no querías ni admitírtelo a ti mismo, pero estabas herido, te habían herido, te habías herido. Mostraste toda tu debilidad ante mi, aún creyendo que sabías disimular. Me dio tanta pena ver como estabas, y saber que había hecho todo lo que estaba en mis manos para que eso no fuese así, pero no logré nada, o al menos te costó meses ver que de algo había servido ese empujoncito que te había dado en aquellos momentos difíciles. 

Nos volvimos a encontrar, me viste perdida, sin encontrarle sentido a nada, andando en total penumbra. Y aunque sé que tú no estabas mejor que yo, conseguiste hacerme reír a carcajadas todo el tiempo que estuvimos juntos. A veces era una risa tan tonta y absurda, que no puedo ni explicar como era posible que dos almas tan perdidas pudiesen irradiar tanta alegría con el simple hecho de tenerse cerca.
Entonces tú me dijiste que estaba claro, que toda esa tristeza se alejaba cuando estábamos cerca.


Y qué poco te equivocabas.


3 comentarios:

El blog de Renée dijo...

Hola Sara!!! cuanto tiempo sin pasarme por aquí!! que tal va todo?? Como estás...?
Me alegro mucho de que hayas venido a saludarme, esto ha hecho que venga a verte por aquí yo tambien!!

Un besito guapa!!

El blog de Renée

Unknown dijo...

bua...que bonito...sin palabras...solo puedo decir que la sonrisa siempre será nuestra mejor arma....
besos!! :D

elpuntodelola dijo...

Bonito post. Besos