Esa sensación extraña de cuando haces algo con la única intención de que se entere alguien, y cuando esto ocurre, no sabes muy bien ni como sentirte, ni donde meterte. Esto me pasa a mi con uno de los capítulos de mi libro, en el que hablo de alguien maravillas, y a la vez digo cosas que a mi no me gustaría leer sobre mi, pero todas ellas ciertas, eso sí. Esa personita a la que le tengo un gran cariño se ha dispuesto a leerlo, a pesar de no tener ni pajolera de español, parece que aún se está enterando de algo. Me ha escrito dándome las gracias (pobre personajillo, como se nota que aún no ha llegado al capítulo en cuestión).
Estoy feliz, de ser como soy, pero sobre todo, de tener el valor de hacer lo que hago, de no haberlo pensado dos veces, y haberle enviado un ejemplar, que por qué lo hice... pues por que no tengo nada que ocultar a nadie, y menos a él, me hizo daño, si, pero le apreció demasiado, y él siempre supo como soy, a pesar de no tenerme en cuenta en ningún momento.
Juro que con él pasé algunos de los días más increíbles de mi vida, y eso que he vivido días fantásticos en mi corta vida, pero alguien tan dulce hace posible que pueda ver el Mundo de otro modo, que quiera seguir viviendo, aunque solo sea por seguir a su lado. Por desgracia la cosa no cuajó, pero que se le va a hacer.
Juro que cualquiera de vosotras daría cualquier cosa por estar con alguien como él, eso si, antes de saber como es que acabó todo.
Pero bueno, perdí la historia que prometía ser intensa y eterna, aunque gané un amigo, al que aún entendiéndolo perfectamente, nunca lo llegaré a conocer como a mi me gustaría.
PARA EL CHICO PERFECTO
DE LA CHICA SIMPLE QUE NO LOS SUPO RETENER.
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