En la foto de bolsillo

¿Sabes ese momento en el que, por muy idiota que sea alguien sabes que pasará toda la vida a tu lado? Pues eso me pasó a mi con ÉL, y es que no puedo quitármelo de la cabeza, ni tan siquiera de mi lado.

Con su sonrida ilumina todo lugar por donde paso a su lado, y yo... yo no soy capaz de ser más cursi si hablo de él.

Ya no sé si es amor, o simple tontería, pero cada vez que me paro a pensar, me encuentro perdida y sonriendo. Supongo que con el tiempo se me pasará, pero mientras tanto voy flotando por la vida, allí en lo alto, desde una nube donde me siento más que observada, pero también lo veo todo.

Es lindo, pero no el que más, y desde el primer día soy totalmente consciente de sus defectos, sé hasta donde llega, y lo que le falta. Como también sé que me encanta tenerlo cerca.

Su sabor dulce a avellana me hace recordar sus ojos, y su precioso rostro se me aparece allá por donde voy. 

No sé si es el chico adecuado para que aparezca en la foto familiar, pero sé que siempre quiero llevar una foto suya en mi bolsillo.