sábado, 6 de octubre de 2012

Sería capaz de estar eternamente observando tu mirada

Sería capaz de estar eternamente observando tu mirada. Y no sabría describir lo que entre tus brazos siento. Tus caricias me trasmiten lo que tus palabras callan. Y tus ganas... bah, tus ganas no se comparan a las mías. 
Palabras descaradas en oportunos momento, de esas que convierten la verdad más clara en graciosa y absurdas conversaciones.
Me encantas, creo que siempre te lo digo, y por eso tal vez haya perdido sentido esa expresión, pero no deja de ser cada día más cierta. Quizá lo empezaste a hacer por la inocencia que de ti percibía, pero ahora lo haces por un sin fin de cosas.
Me has enseñado a quererme más, y a rallarme un poco menos. A veces me sacas de quicio, pero sé que yo lo he logrado más veces. Y me escucha, y me escuchas, y me vuelves a escuchar... Qué haría yo sin tus delirios. 
Dices ser segundo plato, pero eres la primera persona en la que pienso cuando cualquier cosa acontece. No sé como he podido llegar a necesitarte tanto, a pesar de casi no encontrarnos. Es todo tan extraño cuando nos tenemos cerca, tantos silencios raros emprendedores de sonrisas.
No sé, puede que me encandilara tu fragilidad, pero me hiciste ver que yo era quien precisaba de tu protección, me hiciste comprender que necesitaba ser rescatada, que tú estabas ahí para enseñarme el camino bueno, que no era necesario vivir todo sin pensar, que las cosas podían llegar a tener sentido. (Y ahora que hablo de esto, aún me debes algo importante).
Me encanta que no te ruborices con mis idas de olla, y que tú no tardes en soltar otra aún peor. Y es que somos tan diferentes, pero sin diferenciarnos en tanto... que no sería capaz de hablar así con nadie (y algo me dice que tú tampoco).
No sabría como agradecerte todo esto que has logrado, del mismo modo que tú no sabes lo importante que has llegado a ser para mi.

1 comentario:

Cappuccino frío dijo...

que bonito Sa!!
Como es eso que no eres capaz de dormir del tiron? (twitter) ya me contarás!
Besines!