Este rincón que tan mio fue en su momento, se ha convertido en un extraño para mi. He vuelto, aunque no me fui, sólo se quedó en un segundo plano, pero ahora... ahora está en el plano principal. Y no ha quedado otro remedio que aceptarlo.
No estoy triste por el cambio, tal vez ya iba siendo hora de recuperarlo. Pero es que ya ni tan siquiera se parece en lo más mínimo al que antes era, ha perdido su esencia. Pero eso no significa que vaya a ser peor, ¿verdad?
Se suele decir que la costumbre hace ley (no citaré ahora a ninguno de mis profes de Dº) pues yo no me llegué a adaptar a la soledad, pero conseguí sentirme cómoda en ella, y hasta me sentía más segura así. Y de pronto badabúm, todo cambia, y de la noche a la mañana comparto esos metros cuadrados que antes podían sobrarme, de tal modo que ahora parecen quedar escasos. Y más aún si tenemos en cuenta que cuando me siento rodeada, tiendo a recobijarme precisamente en este rincón del que os estoy hablando, ese que no va a recuperar su esencia, si no que tenderá a evolucionar a su ritmo.
Estoy segura que volverá a suceder lo que tanta gracia me hace. La libertad no la aproveché, y cuando menos libre soy, más sucesos pasan por delante mía para reírse una vez más en mi cara, intentando hacerme ver que los hilos de mi vida se manejan con poca sutileza y mucha facilidad. Pero aquí estoy yo para reírme de semejante estupidez, para demostrar que a mi eso me la suda, pues mi vida la voy construyendo con las cosas que pasan por delante mía, sean éstas buenas o malas, pero soy yo quien tiene la última palabra sobre esto (y también alguna por el medio) no creo que a nadie le parezca mal, pero aunque lo haga... ESO YA NO IMPORTA