domingo, 5 de mayo de 2013

Del mismo planeta

No sé si habéis tenido la ocasión de reflexionar profundamente sobre el siguiente tema, pero, conversación tras conversación, con gente de aquí y allá, me doy cuenta de lo parecidos que somos todos, y de lo mucho que nos diferenciamos. Culturalmente hablando, si eres de un lugar u otro, para ti resultará super extraño lo que para otros es lo más normal del Mundo. Por ejemplo, si hay algo que nos caracteriza a los españoles es que, por lo general somos bastante expresivos, y recurrimos mucho al contacto físico incluso para hablar. Esta costumbre, no se da en todos los lugares, incluso para algunos resulta incomodo ese contacto, y no saben muy bien como responder ante eso. Aún recuerdo cuando la preciosa Siri se quedaba muerta cuando al hablarle le daba un pequeño toque en hombro, pero no tardó muchos días en responderme con el mismo gesto riendose. O cuando la loca belga, tan abierta para casi todo, se quedaba muda al escuchar a una polaca y una española hablar de sexo. 
Las húngaras me contaban que para ellas el sexo era tal tabú, que por ejemplo la primera vez que una de ellas tuvo la regla ni siquiera sabía que era eso, me decía que pensó que se iba a morir o algo por el estilo, que su madre nunca se había atrevido a hablar del tema, y por lo visto en la escuela tampoco lo hacen.
Yo, sin ningún tipo de tapujo, les explicaba a todas ellas como era nuestra forma de tratar diferentes temas, nuestra forma de expresarnos, así como nuestro pequeño problema de no saber poner límites en ocasiones. Ellas, se sorprendían, pero no solo por nuestra forma de actuar, si no que también por la facilidad que tenemos a la hora de describirnos y saber nuestros puntos fuertes y débiles.
Otro claro ejemplo es cuando nos toca hablar con nuestro casero, los de los paises que se encuentran más al este son super correctos con el, con unos modales impecables, incapacesde reprochar nada, en cambio nosotros, despotricamos a los cuatro vientos, y nada nos parece justo.
Luego, hay costumbres que para nosotros parecen de educación, y que otros no las perciben como tal, y las plantean desde un punto bastante coherente. Es el caso de no empezar a comer hasta que todos tienen su plato en la mesa. Siempre he pensado que era lo más correcto, lo normal, pero gente de lejanas tierras me decían que al contrario, que era como una ofensa a quien lo había preparado, por que se nos quedaba fria la comida y no la podíamos comer como debía ser saboreada. 
Por eso, y por otras cosas más (que hoy no me voy a poner a contar, pero tal vez otro día lo haga) es muy importante tener en cuenta las diferentes costumbres, ser conscientes de que lo que para unos es lo más normal, para otros puede no ser si quiera correcto. Esto es algo que me ha tocado aprender en estos últimos meses, unos meses en los que he convivido con gente de más de 20 paises diferentes, de los que sin lugar a duda, aún me queda mucho que aprender.

1 comentario:

Lara dijo...

Me ha encantado el texto :)